Richard Branson

Lanzar una empresa incipiente: el método furtivo

Por: Richard Branson | Publicado: Lunes 9 de diciembre de 2013 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Richard Branson

Richard Branson

P: Soy estudiante graduado de emprendimiento que tiene muchas ideas de nuevas empresas. Lo único que mi educación universitaria no me ha enseñado, lo cual siempre me detiene, es dónde empezar. ¿Cómo saber qué hacer primero? ¡Me siento tan perdido! 
-Taylor Matysik, Universidad de St. Thomas, EEUU.


R: Sin importar cuán nuevo sea uno en el proceso de iniciar un negocio, sentirse perdido o abrumado es comprensible y, para muchas personas, simplemente parte del proceso. Una vez que te hayas graduado, quizá descubras que necesitas seguir complementando tus habilidades con cursos en línea, programas de orientación y -lo más importante- experiencia en el mundo real.

La buena noticia es que un gran negocio comienza con una gran idea, así que ya estás muy adelantado.

El primer paso: Antes de empezar a hacer algo práctico, acomódate en un lugar que consideres relajante -yo trabajo regularmente desde mi hamaca en mi casa en la Isla Necker- e imagina la compañía que puedes crear con base en tu mejor idea. Debería ser una compañía en la que puedas creer, con el cuerpo, el alma y la cartera.

¿Te entusiasma cómo este negocio marcará una diferencia en la vida de las personas? Esto es crucial, porque si amas tu trabajo, es mucho más probable que perseveres pese a los horarios largos y los apuros que son una parte inevitable de la vida de un emprendedor; y tus éxitos y celebraciones serán más placenteros.

Mencionaste en otra parte de la nota que me enviaste que tu asignatura secundaria es en las artes de grabación, así que supongo que te apasiona la música. ¿Has detectado una brecha en ese sector? Tras haber iniciado mi carrera en la industria discográfica hace 40 años, puedo decirte que es una travesía divertida. Con el estallido de los servicios de música en Internet, seguramente hay nuevas oportunidades.

Lo siguiente es la Prueba Materna, un método en el que siempre he confiado cuando decido si seguir adelante con una idea. Pregunta a tu madre qué piensa honestamente de tus planes. Si su mirada es indiferente mientras le describes la nueva empresa, regresa a la hamaca y empieza de nuevo. Si se entusiasma, pudieras tener una idea ganadora. Como una emprendedora veterana ella misma, mi mamá es un juez excelente en esos asuntos, pero aun si tu madre no tenga conocimientos empresariales, sin duda ella sabrá lo que es mejor para ti.

Los siguientes pasos involucran riesgo, y esa podría ser la razón de que estés titubeando; el riesgo de plantear tu idea y dedicarle tu tiempo y tus recursos. Algunas personas no pasan de esta etapa, tratando de perfeccionar su plan, y luego terminan pasando más tiempo en ello que realmente operando el negocio. Los empresarios exitosos no esperan el momento perfecto, lo crean.

Desarrolla algunas muestras de lo que pretendes vender, y cuando estés contento con tu producto o servicio, comienza con la mejor y más barata forma de investigación de mercado que es posible: pide a tus amigos, familiares, vecinos y seguidores de redes sociales que lo prueben. Si la reacción es negativa, considera modificar lo que ofreces. No permitas que este proceso te deprima: Algunos cambios no significan que tu idea no fuera buena; esto es meramente el primero de muchos ajustes en tu plan. La flexibilidad y la capacidad de resolver los problemas de manera creativa son cualidades grandiosas en un emprendedor.

Una vez que hayas hecho esos cambios, trata de vender pequeños lotes de tu producto u ofrecer introducciones iniciales al servicio siempre que puedas: en línea, de puerta en puerta, en ferias callejeras, etc. Continúa pidiendo retroalimentación, y mantente en contacto con esos clientes. Asegúrate de crear la conciencia de marca correcta: ¿Destaca? ¿Los valores de tu marca atraen a clientes ansiosos? ¿También atraerán a empleados talentosos? 
A medida que las reacciones de tus clientes se vuelvan fuertemente positivas, necesitarás comenzar a pensar en ofrecer más del producto o servicio, y en las inquietudes a corto plazo. San Francisco de Asís dijo: “Empieza haciendo lo que sea necesario; luego lo que es posible; y de repente estarás haciendo lo imposible”. Empezarán a surgir asuntos prácticos, como la manera de distribuir tu producto y cómo manejar el flujo de efectivo. Podría ser hora de empezar a proponer tu idea a potenciales inversionistas y distribuidores, y también de empezar a contratar y delegar.

Si has seguido los pasos arriba mencionados, pronto podrías darte cuenta de que te gasté una pequeña broma: Ahora tienes una empresa incipiente en funcionamiento, sin haber establecido siquiera una fecha de lanzamiento. ¡Gran trabajo!
¡Y buena suerte con tu nueva empresa!

Lo más leído